¿Realmente necesitamos ojos para ver? ¿No podemos encontrar otra manera de contemplar el mundo, de interactuar con él? Este libro muestra que se puede. Ojo de Nube es totalmente ciego pero sin embargo ha aprendido a desenvolverse, a ser autosuficiente. Es un miembro más de la tribu, que al igual que todos tiene su función, es útil, aunque es ciego puede ver cosas que otros no ven. Para ello su madre ha jugado un papel fundamental, al conocer el problema de su hijo no se resignó, no lo abandonó. Abeto Floreciente hizo todo lo posible para que conociera lo que había a su alrededor. Era sus ojos, como ella bien decía. Lo preparó para que fuese autónomo, y tan bien lo hizo, que quien creían sería un lastre para la tribu, los salvó. Ojo de Nube nos da a conocer valores tan importantes como la fuerza de voluntad y el afán de superación, los cuales son muy importantes en la vida. Ser ciego no es un obstáculo para Ojo de Nube, él luchó para conseguir lo que quería, no se rindió a pesar de las dificultades. Valoremos lo que tenemos, ver el mundo es un gran regalo.

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